Citroen Ds 23 Mercedes 250(1).pdf

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Caminos opuestos
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Citroën DS 23 IE - Mercedes 250
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s
En los años 70 no eran muchos los turismos que podían permitirse el lujo de
rodar por carretera y autopista a ritmos realmente altos, con un buen confort y
mejor seguridad. Citroën y Mercedes ofrecían esa posibilidad recurriendo a
soluciones técnicas completamente distintas, diferencia que también se
encontraba en sus imágenes de fuerte personalidad.
F. de la Rica (texto)
J. F. Pacheco
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años de la presentación del Citroën
DS en el Salón de París de 1955 y
aún su imagen y sus soluciones téc-
nicas nos siguen pareciendo mo-
dernas. Sin embargo, los automovilistas
que empezaron a creer en él en esos años
echaron un poco en falta un motor que le
permitiere aprovechar mejor su capaci-
dad para rodar rápido en cualquier tipo
de carretera. Con los años el DS fue me-
jorando en prestaciones y en la fiabilidad
de su sistema hidroneumático, hasta cul-
minar con el DS 23, cuyo motor de algo
más de 2.300 cc, tanto en su versión de car-
burador (115 CV) como en la alimentada
por inyección (130 CV), permitía mante-
ner cruceros altísimos para los años 70 y,
además, contaba con una capacidad de
recuperación acorde con lo esperado en
un vehículo de su categoría.
Si el Citroën DS supuso, en su mo-
mento, romper con todo lo conocido en
materia de estilo y suspensiones, el caso
de Mercedes es completamente distinto.
Los orígenes del 250 hay que buscarlos
en una evolución lenta y conservadora en
la que los cambios y mejoras se fueron re-
alizando de forma continua, ofreciendo
una imagen que aún la marca de la es-
trella sigue manteniendo, como el radia-
dor protegido por una parrilla vertical. El úni-
co cambio estilístico de importancia que se
permitió Mercedes en este modelo fue la
utilización de los faros carenados con un
cristal en forma cuadrada, cambio que tie-
ne su origen en los tipo W 111, denomi-
nados popularmente "Colas", aunque en
estos primeros los faros no eran tan cua-
drados y su forma era algo más aero-
dinámica. Desde el punto de vista técnico,
tampoco en el 250 se presentaban nove-
dades destacables, ya que, ni siquiera,
en este modelo la marca alemana recurrió
a la alimentación por inyección. Solución
que sólo se utilizó en 280 E de la serie W
114, cuyo seis cilindros era bastante más
moderno, gracias a sus dos árboles de le-
vas en culata.
Imagen
Citroën DS 23 IE
que buscarla en razones bastante subje-
tivas y tienen que ver con la calidad de
cada una de las marcas y con el conser-
vadurismo de Mercedes en materia de es-
tilo.
El largo capó del DS, su frontal de for-
ma agresiva, los pequeños pilares delan-
teros, la forma del techo, la colocación de
los pilotos de intermitencia traseros y la
forma en termina la parte posterior, con
una clara continuidad de la luneta trasera
y el maletero, le confieren a este vehículo
una imagen inconfundible que, en la ac-
tualidad se ve reforzada por los pocos DS
que se han visto y se ven por nuestras ca-
rreteras. Por un lado, porque llegaron po-
cos a nuestro mercado, y, por otro, por-
que la calidad de su chapa y cierta com-
plicación de su mecánica se han encar-
gado de que no se hayan conservado
muchas unidades de las pocas que lle-
garon a matricularse.
Si analizamos las formas del Merce-
des no se le pueden hacer muchas críticas,
ya que el equilibrio de sus tres volúmenes,
su frontal presidido por la típica parrilla de
la marca y su discreta trasera están bien
resueltos, pero el resultado final, visto con
la perspectiva del tiempo, es un poco ano-
dino.
Hay otro punto que juega en contra
del Mercedes como vehículo clásico, pe-
se a que, en realidad, sea una de las vir-
tudes de la marca; nos referimos a su ex-
celente calidad de fabricación y fiabilidad
que han hecho que estos coches sigan
aún utilizándose todos los días por mu-
Mercedes 250
✸✸✸✸
Es curioso como el paso de los años ha-
ce más o menos atractivos a determina-
dos coches. Si la línea del Citroën DS, pe-
se a haber nacido en 1955, seguía lla-
mando la atención en los años 70, hoy, en
2004, continúa con ese indudable encan-
to de los coches innovadores cuyas for-
mas se alejan de los caminos trillados.
El Mercedes también llamaba la aten-
ción en los años 70, por sus líneas limpias
y su elegancia, en especial en un país co-
mo España en el que, en esos años, se
miraba a los coches de la estrella como
vehículos al alcance de pocos elegidos.
Treinta años más tarde de su naci-
miento hay que reconocer que las formas
del Citroën DS parecen bastante más atrac-
tivas para aficionados que las del Merce-
des. La explicación a este fenómeno hay
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E stán a punto de cumplirse cincuenta
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Citroën
1955
Presentación del Citroën DS 19 en el Salón
de París con motor de 1911 cc y 75 CV SAE.
1956
Versión simplificada del DS denominada ID.
1959
Rejillas de ventilación en las aletas
delanteras del DS.
1961
Cambios en el motor de los DS cuya
potencia sube de 75 a 83 CV. En octubre se
cambia el aspecto del salpicadero.
1962
Nueva parte delantera mejor carenada con lo
que se puede anunciar una velocidad punta
de 150 km/h.
1965
Nuevos motores con 5 apoyos de cigüeñal,
con 1.985 cc para el DS 19 de 84 CV SAE y
2.175 cc para el DS 21 de 100 CV.
1967
En el Salón de París se presenta la primera
versión del DS con los faros delanteros
carenados formando un solo conjunto en
cada lado.
1969
Aumento de cilindrada en la versión DS 19
que pasa denominarse DS 20. En octubre el
DS 21 se ofrece con inyección y una potencia
de 125 CV.
1970
Caja de cambios de 5 velocidades de serie.
1971
El DS 21 se ofrece también con caja
automática, Borg-Warner, de 3 marchas.
1972
El DS 23 reemplaza al DS 21 con el motor
subido a 2.347 cc. Este motor alimentado por
carburador consigue una potencia de 115 CV
y con inyección electrónica de 130. Nueva
versión DSuper 5 con el motor del DS 21.
El comportamiento del Citroën DS en los años 70 se podía catalogar de excepcional. Entre sus
detalles prácticos destacan sus faros de largo alcance orientables con la dirección y su volante
monobrazo que permite ver bien la instrumentación.
1975
Cesa la producción de los DS con la
fabricación del último DS 23. En total Citroën
vendería, sumando todas las versiones DS e
ID, 1.330.750 coches.
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chos de sus propietarios, lo que determi-
na que no se les vea como modelos de
colección. Probablemente el tiempo se en-
cargue de que esto no sea así, pero hoy
por hoy un DS 23 en buen estado se co-
tiza claramente más alto que un Merce-
des 250 del mismo año.
tumbrarse para graduar correctamente la
intensidad de la frenada. Por ultimo, la pa-
lanca del cambio en el volante si maneja
sin problemas, siempre que no queramos
cambiar con mucha rapidez.
En el Mercedes también el conductor
se siente a gusto con un amplio butacón,
llamando sólo la atención el gran diáme-
tro del volante, una manía típica de la mar-
ca en esa época. En la instrumentación
encontramos indicadores como la presión
del aceite y temperatura del agua, unos
detalles a los que no tenían derecho los
propietarios del DS.
Una vez puestos en marcha el motor de
cuatro cilindros del Citroën se muestra cla-
ramente más áspero que el 6 cilindros del
Mercedes. Suena más a cualquier régi-
men y se notan bastante sus vibraciones
en el interior. Sin embargo a la hora de mo-
vernos nos ha gustado más el 4 cilindros.
Pese a su menor cilindrada responde con
mayor rapidez a regímenes bajos, mo-
viendo con más soltura los 1.350 kilos del
DS. El seis cilindros del 250, pese a girar
redondo desde muy pocas vueltas, no aca-
ba de empujar con decisión hasta que se
han alcanzado las 3.500 rpm. A cambio, a
partir de este régimen gira con mucha más
suavidad y, sobre todo, con un sonido mu-
cho más agradable.
En cualquier caso, pese a que el Mer-
cedes 250 no llevaba la caja de cambios
de 5 marchas, de serie en el DS, ambos se
mueven con facilidad a cruceros de 130-
140 km/h, cifras que hoy nos parecerán
algo normal pero que en los años 70 no
había muchos coches que pudieran ha-
cerlo fácilmente. Si insistimos con el ace-
lerador los dos se acercan a los 180 km/h,
aunque a ese ritmo la sonoridad de la
mecánica ya es claramente molesta en el
DS.
Con respecto al comportamiento y al con-
fort de suspensiones, sobresaliente para
los dos. Es curioso como por caminos muy
diferentes las dos marcas ofrecían unos
coches de muy buen agarre a la carrete-
ra y una notable capacidad de absorción
de las irregularidades de la calzada.
Puestos a matizar, el DS nos ha gustado
algo más en carreteras rápidas en las que
se muestra imperturbable. En zonas vira-
das el Mercedes es menos torpe, conse-
cuencia de su batalla claramente más cor-
ta.
En marcha
Citroën DS 23 IE
✸✸✸✸
Con estilos interiores muy diferentes
en ambos coches se viaja con un buen ni-
vel de confort. En primer lugar ambos dis-
ponen de unos buenos butacones para el
conductor y el pasajero, destacando el
acabado en cuero del DS 23 Pallas, una ta-
picería que en el Mercedes había que pa-
gar a parte. En el DS no hay problema pa-
ra encontrar una buena posición de con-
ducción. Aunque esta versión ya llevaba
un salpicadero convencional con tres gran-
des relojes; el primero donde van todos
los chivatos de las cosas que pueden fa-
llar, que no son pocas, el segundo con el
velocímetro y una curiosa escala de dis-
tancias de frenado sobre asfalto seco y el
tercero con un práctico cuentarrevolucio-
nes, la realidad es que se sigue notando
algunas rarezas típicas de los Citroën de
esos años, como el volante monobrazo y
el pedal de freno, que se reduce a un gran
botón en el que dosifica la frenada por
presión sin que haya el más mínimo reco-
rrido, sistema que si funciona a la perfec-
ción, la realidad es que obliga a acos-
Por último, un detalle de cierta impor-
tancia en vehículos de su categoría, en
sus plazas traseras se viaja de forma con-
fortable, con ligera ventaja para el DS en
el espacio para las piernas, ventaja que
compensa en Mercedes con una suspen-
sión que no marea tanto como la del coche
francés, cuya hidroneumática genera al-
gunos movimientos parásitos no del gus-
to de todos sus pasajeros.
Mecánica
Citroën DS 23 IE
✸✸✸✸
✸✸✸
Desde Citroën apostó por la tracción
delantera con la aparición del 7 CV este ti-
po de solución será una constante en sus
turismos a lo largo del tiempo, y el DS no podía
ser una excepción. Por otro lado, el DS con-
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Mercedes 250
✸✸✸✸
Mercedes 250
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