Unidad 7. La poesía española tras la Guerra Civil
Aunque generalmente ha sido vinculada a la generación del 27, lo cierto es que lo mejor de la creación poética de Dámaso Alonso (1898-1990) se produce en los años posteriores a la guerra civil. Así, en 1944 publica dos libros en cierto modo antagónicos: Oscura noticia e Hijos de la ira. En el primero, la profunda religiosidad del poeta no le impide hacerse preguntas acerca de temas tan relevantes como la fugacidad de la belleza, la soledad del hombre o el destino incierto de los que nacen. Pero es en Hijos de la ira -claro antecedente de la poesía desarraigada- donde el autor rompe de forma violenta con la poética conformista o resignada de la época para lanzar una durísima interpelación a Dios, al hombre y al mundo como culpables directos del horrible espectáculo en que se ha convertido la existencia terrena.
Oración por la belleza de una muchacha
Tú le diste esa ardiente simetría
de los labios, con brasa de tu hondura,
y en dos enormes cauces de negrura
simas de infinitud, luz de tu día.
Esos bultos de nieve, que bullía
al soliviar del lino la tersura,
y, prodigios de exacta arquitectura,
dos columnas que cantan tu armonía.
Ay, tú, Señor, le diste esa ladera
que en un álabe dulce se derrama
miel secreta en humor entredorada.
¿A qué tu poderosa mano espera?
Mortal belleza eternidad reclama.
Dale la eternidad que le has negado.
(Oscura noticia)
Insomnio
Madrid es una ciudad de más de un millón de cadáveres (según las últimas estadísticas).
A veces en la noche yo me revuelvo y me incorporo en este nicho en el que hace 45 años que me pudro,
y paso largas horas oyendo gemir al huracán, o ladrar los perros, o fluir blandamente la luz de la luna.
Y paso largas horas gimiendo como el huracán, ladrando como un perro enfurecido, fluyendo como la leche de la ubre caliente de una gran vaca amarilla.
Y paso largas horas preguntándole a Dios, preguntándole por qué se pudre lentamente mi alma,
por qué se pudren más de un millón de cadáveres en esta ciudad de Madrid,
por qué mil millones de cadáveres se pudren lentamente en el mundo.
Dime, ¿qué huerto quieres abonar con nuestra podredumbre?
¿Temes que se te sequen los grandes rosales del día, las tristes azucenas letales de tus noches?
Palinodia: detrás de lo gris
Ah, yo quiero vivir
dentro del orden general
de tu mundo.
Necesito vivir entre los hombres.
Veo un árbol: sus brazos ya en angustia
o ya en delicia lánguida
proclaman su verdad:
su alma de árbol se expresa,
irreductiblemente única.
Pero el hombre que pasa junto a mí
el hombre moderno
con sus radios, con sus quinielas, con sus películas sonoras
con sus automóviles de suntuosa hojalata
o con sus tristes vitaminas,
mudo tras su etiqueta que dice «comunismo» o «democracia» dice,
con apagados ojos y un alma de ceniza
¿qué es?, ¿quién es?
¿Es una mancha gris, un monstruo gris?
Monstruo gris, gris profundo,
profundamente oculta sus amores, sus odios,
gris en su casa,
gris en su juego,
en su trabajo, gris,
hombre gris, de gris alma.
Yo quiero, necesito,
mirarle allá a la hondura de los ojos, conocerle,
arrancarle su careta de cemento,
buscarle por detrás de sus tristes rutinas.
Por debajo de sus fórmulas de lorito
real (¡Pase usted! ¡Tanto gusto!),
aventarle sus tumbas de ceniza
huracanarle su cloroformo diario.
Un día llegará en que lo gris se rompa,
y tus bandos resuenen arcangélicos,
oh gran Dios.
Dime, Dios mío, que tu amor refulge
detrás de la ceniza.
Dame ojos que penetren tras lo gris
la verdad de las almas,
la hermosa desnudez de tu imagen:
el hombre.
-Explica el sentido del primer texto: ¿qué le pide el poeta a Dios?
-Fíjate en la serie de metáforas que configuran el poema. Señala el término real que se corresponde con cada término metafórico. ¿Qué es lo que se va describiendo verso a verso?
-Busca en un diccionario el significado de la palabra palinodia. A continuación aplícalo al contenido el poema.
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Iberystyka