Borges Jorge Luis - Autobiografia.pdf

(553 KB) Pobierz
Autobiografía. 1899-1970
11411458.003.png
Autobiografía
1899–1970
Jorge Luis Borges
con Norman Thomas di Giovanni
Traduccion de Marcial Souto y Norman
Thomas di Giovanni
El Ateneo, Buenos Aires, 1999
Título Original:
Autobiographical Essay, 1970
La paginación se corresponde
con la edición impresa. Se han
eliminado las páginas en blanco
y las páginas con fotos de la
primera edición en la revista
The New Yorker.
11411458.004.png 11411458.005.png
Nota del editor
Dictada en inglés a su colaborador y tra-
ductor Norman Thomas di Giovanni durante
los primeros meses de 1970, esta Autobiografía
fue publicada por la prestigiosa revista The
New Yorker en septiembre de ese mismo año, y
poco después como introducción a la edición
norteamericana de The Aleph and Other Stories.
Referencia obligada de distintas biografías y
ensayos sobre el Maestro, el texto completo se
publica por primera vez en español.
12
11411458.006.png
I
Familia e Infancia
No puedo precisar si mis primeros re-
cuerdos se remontan a la orilla oriental u
occidental del turbio y lento Río de la Pla-
ta; si me vienen de Montevideo, donde pa-
sábamos largas y ociosas vacaciones en la
quinta de mi tío Francisco Haedo, o de
Buenos Aires. Nací en 1899 en pleno cen-
tro de Buenos Aires, en la calle Tucumán
entre Suipacha y Esmeralda, en una casa
pequeña y modesta que pertenecía a mis
abuelos maternos. Como la mayoría de las
casas de la época, tenía azotea, zaguán, dos
patios y un aljibe de donde sacábamos el
13
11411458.001.png
agua. Debemos habernos mudado pronto
al suburbio de Palermo, porque tengo re-
cuerdos tempranos de otra casa con dos
patios, un jardín con un alto molino de
viento y un baldío del otro lado del jardín.
En esa época Palermo –el Palermo donde
vivíamos, Serrano y Guatemala– era el sór-
dido arrabal norte de la ciudad, y mucha
gente, para quien era una vergüenza reco-
nocer que vivía allí, decía de modo ambi-
guo que vivía por el Norte. Nuestra casa era
una de las pocas edificaciones de dos plan-
tas que había en esa calle; el resto del ba-
rrio estaba formado por casas bajas y terre-
nos baldíos. Muchas veces me he referido
a esa zona como “barriada”. En Palermo vi-
vía gente de familia bien venida a menos y
otra no tan recomendable. Había también
un Palermo de compadritos, famosos por
las peleas a cuchillo, pero ese Palermo tar-
daría en interesarme, puesto que hacíamos
todo lo posible, y con éxito, para ignorarlo.
No como nuestro vecino Evaristo Carriego,
que fue el primer poeta argentino en explo-
14
11411458.002.png
Zgłoś jeśli naruszono regulamin